lunes, 26 de agosto de 2013

Cada día al despertar pienso cómo sería tenerte cada mañana a mi lado. Acariciar tu pelo mientras duermes y darte los buenos días con la mejor y más grande de las sonrisas para terminar con un beso en la mejilla.

Y desayunar en la cama. ¿Quién no lo ha deseado alguna vez? Zumo de naranja, café, tostadas…

Observar tus ojos, tan profundos, tan grandes. Antes eran como las olivas negras que recogíamos al pasar el otoño. Ahora son un profundo mar que parece no tener fin alguno. Una mirada y el mundo se para de repente…

Y recorrer con mil miradas tu cuerpo mientras te cambias. O mientras dejas tu piel desnuda a mi lado. Besar tu ombligo, llegar a tu pecho, escuchar tu corazón… Ya en el cuello, besarlo hasta llegar a tus labios. Nunca he visto unos labios tan perfectos. Rosados y carnosos, que hacen de tu sonrisa la más bonita de las sonrisas.

Pero al despertar de nuevo, me doy cuenta de que todo ha sido un sueño. Que no hay nadie, no hay ningunos ojos que me observen cada noche mientras duermo, no están esos labios y no hay sonrisa alguna.


Cada noche al acostarme pienso cómo sería tenerte cada noche a mi lado. Darte un beso de buenas noches al apagar la luz. Tumbarme, recostar la cabeza en tu pecho y dormirme escuchando los latidos de tu corazón…

viernes, 9 de agosto de 2013

Pensamientos Abstractos

Quizá la vida sea algo más que la búsqueda de la felicidad; quizá encontremos esta en un lugar inapropiado... Puede que nuestra felicidad no sea la adecuada. Siento como pasan los días y como sigo un camino que no lleva a ningún lugar, o quizá si:
- Perdone, ¿sabe hacia dónde nos dirigimos?
- Claro: este es el camino de la felicidad. Hay diferentes ramas. Para que lo entienda usted mejor; cada persona elige su rama, su camino, su puerta de entrada, distinta para cada uno de todos nosotros. ¿Ve a ese hombre de ahí? Ha entrado por la puerta y él ha encontrado su felicidad.
-¿Pero cómo puedo saber cuál es mi camino? ¿Por cuál de todas estas puertas debo acceder?
- Es tan sencillo como dejarse llevar. Cierre usted los ojos. No piense en las consecuencias, sólo piense en lo que realmente le haría ser feliz, aquello que realmente le haría levantarse cada día con una sonrisa, una hermosa sonrisa que nunca más perderá una vez cruce la puerta…